martes, 28 de octubre de 2008

FERNANDO RAMOS: AUTORRECULACIÓN, MEDIACIÓN Y CONSULTA PREVIA, LA NUEVA FRONTERA DE LA ÉTICA PUBLICITARIA


La autorregulación publicitaria es una práctica que consiste en la aplicación de códigos deontológicos por organismos independientes cuyas resoluciones son aceptadas voluntariamente por los anunciantes, marcas o empresas pertenecientes a las asociaciones profesionales creadas a tal efecto. Un ejemplo de este tipo de entidad es el Jurado de Ética Publicitaria de la Asociación de Autocontrol de la Publicidad.


Este tipo de actuaciones se aplica a la publicidad informativa ( cuyo objetivo es acercar al consumidor todos aquellos aspectos que necesita conocer antes de decidirse a comprar un producto), pero sobre todo a la publicidad persuasiva (que busca persuadir al consumidor a comprar en lugar de informar o recordar).


Con este tipo de actuaciones y organizaciones se busca que la libertad de expresión, carecterizada por la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, no vaya en detrimento de los demás derechos y libertades sociales.


De esta manera, la autorregulación publicitaria intenta minimizar los efectos de la competencia desleal (actividades poco honestas como vender a un precio inferior al coste del producto, difundir información falsa sobre los productos de los competidores, buscar parecerse a un competidor para que el consumidor compre tus productos en vez de los del competidor o la desviación de la clientela y explotación de la reputación ajena), el engaño (hacer creer a los compradores que el producto tiene un precio diferente, unas características mejores que las reales, etc. ) o la publicidad discriminatoria (que de un trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciale,s religiosos, de sexo, de clase social u otros motivos ideológicos)

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