En esta entrada comentaremos un artículo aparecido el pasado mes de agosto en El País.
El autor en este caso defiende que, aunque las nuevas tecnologías tienen múltiples ventajas, hay un núcleo de población que no tiene conocimientos sobre estos medios. Así, defiende que a veces el desarrollo tecnológico va por delante de los usuarios. De esta manera, cada día se emplean neologismos difíciles de comprender por las personas que nunca han utilizado las nuevas tecnologías o incluso para los que sí las utilizan. Por otro lado, el desarrollo tan rápido de nuevos aparatatos electrónicos o la ampliación de las funciones de los ya existentes hacen que sean desconocidos e inabarcables para gran parte de la población.
En nuestra opinión , la brecha digital que se produce entre los tecnófilos y los tecnoalfabetos, como dice el artículo, no solo es producto del no acceso a las nuevas tecnologías, sino que es necesario desarrollar ciertas destrezas y poseer ciertos conocimientos para poder usarlas. Para reducir esta brecha es necesario que las personas tengan habilidades para poder usar y entender las tecnologías de información y comunicación .
Como conclusión, podemos decir que sólo si, además de ofrecer oportunidades de acceso y crear nuevos aparatos tecnológicos, se impulsa el conocimiento de los mismos, la educación y la formación, se reducirán las desigualdades y se acortará el espacio que separa a las personas que usan las TIC con frecuencia de los que en la actualidad están desconectados.
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